El cerebro tiene la capacidad de imitar perfectamente las acciones

Por lo general, durante la educación formal se suele considerar que copiar el trabajo de otras personas es hacer trampas, pero en el entorno laboral esto no es de recibo. El cerebro aprende mejor imitando a otras personas que tienen gran pericia en esa técnica, y el estudio y emulación del trabajo de otra persona le ayudará a mejorar sus cualidades existentes. Salvo que esté usted haciendo un examen para medir sus conocimientos, copiar está bien. Tratar de aprender sin aprovechar las ventajas de este principio rector del cerebro es contraproducente. Imagínese un niño que intenta aprender a hablar y al que sus padres le dicen: «No imites las palabras que mamá te dice». ¡Eso es hacer trampas! ¡Arréglatelas tu sólo!
tercer-principio-rector-del-cerebro

Tercer principio rector del cerebro

Para ver este principio rector del cerebro en acción, observe a un niño aprendiendo una técnica nueva. El niño estudia el modelo de función atentamente, tratando de copiar el comportamiento del modelo exactamente igual. Utilizando esta capacidad, más el séptimo principio rector del cerebro -la tenacidad- el niño aprende rápidamente la nueva técnica gracias a la intensa observación y emulación de la práctica.
Nuestro cerebro funciona tanto consciente como inconscientemente para remedar un comportamiento y una ejecución de una técnica hasta la perfección recurriendo a la búsqueda de un modelo al cual imitar.
El cerebro también copia los comportamientos de manera inconsciente. Cuando escuchamos hablar a alguien, el cerebro inconscientemente detecta las frases y textos preferidos del orador. Sin siquiera darnos cuenta, empezamos a imitarlos, utilizando muchas veces las mismas frases.
Durante una reciente reunión celebrada con un equipo directivo, varios directivos realizaron una presentación ante el consejero delegado de un plan de explotación. El consejero delegado de esta empresa emplea con frecuencia la palabra notable para describir datos o comportamientos que son poco habituales o impresionantes. En la presentación del plan de explotación, todos los oradores utilizaron la palabra notable un promedio de seis veces durante cada una de las exposiciones de 10 minutos de duración ¡Notable!
Debemos ser más conscientes de la capacidad natural de nuestro cerebro para imitar actividades, ya que de lo contrario podemos empezar a imitar comportamientos inadecuados o defectuosos. Es posible que ni siquiera nos demos cuenta de que estamos imitando el comportamiento hasta que lo hayamos imitado a la perfección. Si sucede esto, tendremos que buscar conscientemente un modelo nuevo y más apropiado para imitar, a fin de reemplazar el antiguo. Cuanto más tiempo llevase establecido este antiguo e inaceptable modelo, más tiempo necesitará el nuevo y aceptable modelo para reemplazarlo.
El principio rector de la imitación significa que los modelos de pensamiento de nuestros cerebros reflejan el entorno en el cual existimos. Muchos expertos en psicología y autoayuda recomiendan, para tener más éxito, que nos asociemos con personas de éxito. Para aplicar este conocimiento, debemos examinar a nuestros asociados y observar los comportamientos que estamos imitando. ¿Nos proporcionan un modelo para el éxito, o nos ofrecen modelos de comportamientos inadecuados?
Mediante la combinación de los principios rectores de la imitación y la sinergia, puede usted crear una fórmula que su cerebro aplicará para lograr el éxito, pero ha de hacerlo de manera consciente. Por ejemplo, ¿elige deliberadamente sus modelos de actuación y a sus asociados o se limita a dejarse llevar? ¿Tiene cuidado a la hora de seleccionar el material de lectura o los programas de televisión que ve? ¿Busca a personas que ya han tenido éxito en un objetivo que usted desea alcanzar y analiza su comportamiento?
Ahora que conoce el principio rector de la imitación, piense en la repercusión que pueden tener las conversaciones que mantiene durante la hora de la comida con compañeros de trabajo que le bombardean con pensamientos negativos respecto al lugar de trabajo. El principio rector de la imitación significa que su cerebro empezará a copiar estas actitudes hasta que estén firmemente arraigadas. Cuando esto se combina con el principio rector de la sinergia los resultados del BEBC (basura entra, basura crece) son desastrosos. Si se asocia con personas pesimistas y escépticas, usted programará su cerebro para pensar en todas sus experiencias de ese mismo modo. Si se rodea de personas negativas, se programará para el fracaso.
Piense ahora en lo contrario. Si su cerebro está expuesto a personas que tienen éxito, que son innovadoras y felices, imitará y aprenderá esas pautas de pensamiento positivas. Al asociarse con personas positivas, usted se programa para el éxito.
En la práctica, utilice estos métodos para sacar el máximo partido de la imitación:
Siempre que pueda, asóciese con personas a las que respete.
Cuando una conversación en un grupo de personas se vuelve negativa, traté de hacerla auténticamente positiva.
Retírese de las conversaciones que son improductivas.
Seleccione modelos de actuación adecuados para las cualidades y aptitudes que desea desarrollar.
Repita una estrategia de éxito para su objetivo actual.

La inteligencia del líder, Tony Buzan, Tony Dotino, Richard Israel

Primer principio

Segundo principio

[box type=»box» width=»650″ template=»drop-shadow curved curved-hz-2″ align=»after» color=»black»]Si el contenido te ha resultado interesante y entretenido, ¡Corre la voz entre tus amigos y conocidos! Apóyanos haciendo un clic en me gusta, tuiteando, o dejándonos un comentario.[/box]