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Los m�dicos suelen repetirlo hasta el
cansancio: si quiere mantener su mente en forma, ejerc�tela, haga
crucigramas, lea, mantenga una activa vida social.
Desde el punto de vista cl�nico, innumerables trabajos de investigaci�n
indican no s�lo que la actividad cerebral ayuda a conservar las
capacidades cognitivas e intelectuales, sino tambi�n lo contrario: que su
falta empuja al cerebro hacia un abismo de brumas. La pregunta obvia era
�por qu�?
Ahora, un joven investigador argentino que hizo su tesis doctoral bajo la
direcci�n del doctor Ignacio Torres-Alem�n en el Instituto Cajal, de
Madrid, acaba de encontrar la respuesta: cuando un �rea del cerebro ve,
controla un movimiento, oye o piensa, entre otras m�ltiples actividades,
absorbe de la sangre una prote�na protectora de las neuronas que estimula
su crecimiento, su supervivencia y su excitabilidad.
"Esta prote�na, llamada IGF-1 (sigla que corresponde a insulin-like growth
factor-1 ), es una hormona muy similar a la insulina y producida
principalmente por el h�gado -explica el bi�logo Joaqu�n Piriz, uno de los
autores del trabajo que acaba de publicarse en la revista Neuron -.
Curiosamente, igual que la insulina, tambi�n cae en los pacientes
diab�ticos, por lo que podr�a tener alg�n papel en la mayor prevalencia
que asocia a esta enfermedad con trastornos neurodegenerativos."
El IGF-1 es un p�ptido con gran actividad neuroprotectora y uno de los
factores de crecimiento de los que se sabe que ingresan en el cerebro
desde la circulaci�n sangu�nea. Act�a en el crecimiento del organismo y la
remodelaci�n de los tejidos, modula el crecimiento de los vasos sangu�neos
cerebrales, la neurog�nesis adulta, la excitabilidad neuronal y hasta las
funciones cognitivas.
Seg�n explica Piriz, el IGF-1 es una mol�cula muy antigua, que se
encuentra presente a lo largo de toda la cadena evolutiva, de los gusanos
en adelante, y en todas las especies controla procesos involucrados en la
duraci�n de la vida y el proceso de envejecimiento. "En los seres humanos,
responde a la hormona de crecimiento e induce el crecimiento corporal
-subraya-. Tambi�n es un potente factor tr�fico para el m�sculo y a veces
se utiliza de manera ilegal como anab�lico."
Para demostrar su ingreso en el cerebro a trav�s de la barrera
hematoencef�lica, los investigadores tuvieron que desarrollar t�cnicas muy
precisas que permitieron inyectar la hormona en sangre y despu�s medir su
presencia en el cerebro de animales de laboratorio.
"Una manera fue utilizar IGF-1 humana e inyectarla en los animales",
cuenta Piriz.
Despu�s, se dispusieron a medir la actividad de las neuronas de los
animales en un �rea que registra la sensibilidad de los bigotes. "Al
estimularlos -explica-, ve�amos la absorci�n de la prote�na. Y si
bloque�bamos la actividad neuronal, la prote�na no ingresaba. El IGF-1
nunca est� libre, siempre circula pegado a una de seis prote�nas que
impiden que se una a su receptor. Cuando se rompe, se libera localmente y
ah� act�a. Nosotros pudimos demostrar que cuando hay actividad cerebral,
la prote�na se �cliva� (se quiebra) e ingresa en el cerebro."
Para los cient�ficos, estos resultados explican por qu� la actividad
mental es algo as� como un recurso antienvejecimiento. Tambi�n se vinculan
con otra observaci�n de los m�dicos: que la actividad f�sica tiene efectos
ben�ficos sobre el cerebro.
"Hallazgos previos del mismo centro de investigaci�n mostraron que, aunque
los niveles de IGF-1 en sangre son muy constantes, aumentan cuando se hace
ejercicio -cuenta Piriz, ya de regreso en Buenos Aires despu�s de haber
trabajado ocho a�os en Espa�a y en la Universidad de California en San
Diego-. Y que tambi�n crece el ingreso de la hormona en el cerebro y
aumenta la generaci�n de nuevas neuronas. Pensamos que adem�s podr�an
atribuirse los efectos positivos de la estimulaci�n transcraneal en
lesiones cerebrales a que aumenta el ingreso de IGF-1 en el cerebro."
Incorporado actualmente al Laboratorio de Fisiolog�a y Biolog�a Molecular
de la UBA y el Conicet, dirigido por el doctor Osvaldo Uchitel, el
cient�fico afirma que est� muy contento de haber vuelto.
"Cuando me fui parec�a que en la Argentina era imposible investigar
-concluye-, y ahora estamos con un mont�n de proyectos."
Nora B�r
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